¡Bienvenido! A continuación nos enfocaremos en hablarte con lujo de detalle sobre el músculo sartorio. Este posee unas características únicas que lo diferencian de los demás músculos del cuerpo humano. Adicionalmente te mencionaremos algunas de las causas más comunes por las cuales podría lesionarse este músculo; y qué se puede hacer para el proceso de recuperación.

El músculo sartorio

Este músculo es uno de los más largos que posee el cuerpo humano; y es que se origina en la espina ilíaca antero-superior, atraviesa en forma diagonal la parte anterior del muslo, continuando hacia la parte interna de dicha región y se  termina insertando en la superficie medial de la tibia proximal; justo debajo de la articulación de la rodilla.

Otra característica importante en cuanto a su ubicación, es que forma el borde lateral del triángulo femoral o de escarpa; a través del cual discurren estructuras tanto vasculares como nerviosas muy importantes. Es por ello que el músculo sartorio es una estructura anatómica de referencia al momento de acceder de forma quirúrgica a la arteria femoral.

A su vez, forma parte de la famosa “pata de ganso o pes anserinus”; que consiste en la confluencia de los tendones de los siguientes músculos: semitendinoso (se encarga de extender la cadera y de flexionar la rodilla), recto interno (actúa en los movimientos de la cadera y de la articulación de la rodilla) y el sartorio.

Función

Este músculo actúa sobre la articulación de la cadera; ya que se encarga de flexionar, abducir y rotar externamente el muslo. A su vez, también colabora en los movimientos de la articulación de la rodilla; ya que es un potente flexor de la pierna, y participa en la rotación interna de la misma.

De manera sencilla, los movimientos en los cuales participa el sartorio se pueden evidenciar cuando cruzamos la pierna para colocar el tobillo sobre la pierna opuesta; también al sentarnos con las piernas cruzadas o incluso cuando estamos parados y queremos mirarnos la planta del pie.

El origen de la palabra sartorio proviene de “sartorius”, que es una palabra en latín cuyo significado es “sastre”; es por ello que algunas personas se refieren a él como “el músculo del sastre”; ya que es común que estos trabajadores del ámbito textil crucen sus piernas para sentarse al momento de trabajar.

Causas de dolor en el músculo sartorio

Debido a su ubicación y participación en una gran cantidad de movimientos, es común que se produzca dolor en los tendones (tendinitis) de este gran músculo; sobre todo a nivel de la articulación de la rodilla. El dolor aumentará a medida que la persona se levante de una silla o de la cama o cuando quiera elevar la rodilla.

Esto puede tener múltiples causas; como por ejemplo: un traumatismo, sobrepeso, artrosis de rodilla o por alguna sobrecarga crónica, que es más frecuente en personas que se dedican a practicar atletismo.

Los síntomas más comunes que acompañan a este dolor son: hinchazón, enrojecimiento de la zona y también puede haber un deterioro importante en los tendones de otros músculos (semitendinoso y recto interno) cuya inserción está cerca del tendón del músculo sartorio, en el borde interno de la articulación de la rodilla.

Tratamiento

Inicialmente se busca disminuir lo más posible el dolor y la inflamación; por lo cual se recomienda la ingesta de antiinflamatorios y aplicar compresas frías en la zona afectada por al menos diez minutos 3 veces al día. Adicionalmente se debe tomar reposo; y evitar que la zona inflamada sufra algún tipo de roce o golpe al dormir por las noches.

En el caso de que la persona con tendinitis tenga sobrepeso, es recomendable que baje algunos kilos para no forzar los tendones del sartorio. Por otro lado, con respecto a los diabéticos, estos deben controlar sus niveles de azúcar en la sangre.

A su vez, también se recomienda asistir a sesiones de rehabilitación para que los músculos de los cuádriceps y de los aductores no se debiliten completamente; ya que esto puede traer problemas a futuro. Incluso, aparte de estas sesiones es posible emplear la electroestimulación para acelerar el proceso de recuperación.

Sin embargo, te recomendamos que acudas al médico si observas que no hay mejoría después de aplicar las técnicas que te mencionamos anteriormente.