Seguro has escuchado hablar de las múltiples ventajas de consumir semillas de chía pero, ¿deseas saber más? en nuestro espacio dedicado a la medicina natural te invitamos a leer nuestro artículo sobre las semillas de chía: propiedades y su uso médico, te sorprenderás de sus maravillas.
¿Cuál es el Origen de las Semillas de Chía?
Las semillas de chía son unas diminutas semillas de la planta de chía o la “salvia hispánica”; son de textura suave, brillante, cuyo color varía de blanco a marrón o negro; provienen de México y Guatemala; su uso se remonta a los Aztecas y los Mayas, quienes la emplearon como parte de su alimento básico; de hecho, en la voz maya chía significa fuerza.
¿Cuáles son las Propiedades de las Semillas de Chía?
Las Semillas de Chía contienen una gran cantidad de nutrientes como el omega 3, el manganeso, fósforo, calcio, cobre, selenio, fibra, proteínas y antioxidantes; además son libres de glúten.
¿Cuáles son los Beneficios de las Semillas de Chía?
Para aprovecharte al máximo de las semillas de chía, debes conocer a fondo sus beneficios para la salud; los expertos en medicina natural expresan que estas semillas tienen un alto valor nutricional; por ello son útiles para aumentar la energía, mejorar la salud cardíaca, equilibrar la azúcar, la salud digestiva, mejorar la piel y la pérdida de peso, entre otros beneficios para la salud.
¿Cuáles el uso Médico de las Semillas de Chía?
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Para la Pérdida de Peso
Agregar semillas de chía a la dieta diaria ayuda a perder peso; pues aumentar la ingesta de proteínas conduce a una significativa disminución de alimentos; por ello, estas semillas se han convertido recientemente en un poderoso aliado alimenticio; hay quienes espolvorean estas semillas en la avena, en pudines, ensaladas o en el yogurt.
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Para mejorar la Salud Cardíaca
Los antioxidantes, fibra y grasas saludables que poseen estas semillas contribuyen a una buena salud cardíaca; además, su alto contenido de omega 3 y compuestos antinflamatorios protegerán al corazón de cualquier condición que disminuya la presión arterial o el colesterol; la fibra presente en la chía contribuye a mantener las arterias limpias, reduciendo así las enfermedades coronarias.
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Para Equilibrar el Azúcar en la Sangre
Las semillas de chía son ricas en fibra y en ácido alfalinoleico; combate la diabetes, la resistencia a la insulina y otras enfermedades metabólicas; los estudios demuestran que agregar semillas de chía al pan blanco reduce la respuesta glicémica, amortiguando los picos de azúcar al digerir los alimentos.
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Para Combatir el Cáncer
Estudios del año 2013 hallan que el ácido alfaniloneico del omega 3 presente en las semillas de chía, ayuda a limitar el crecimiento del cáncer de senos; también causa la muerte de las células cancerígenas.
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Para la Regeneración Ósea
Estas semillas presentan una gran capacidad para fortalecer los huesos y preservar la densidad ósea; reduciendo así los riesgos de contraer osteoporosis; incluir alimentos ricos en calcio y una dosis de estas semillas te ayudará en gran manera.
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Para Aumentar los Niveles de Energía
Consumir estas semillas mejora el rendimiento del ejercicio y optimiza la resistencia física; por ello muchos atletas la están consumiendo, sus proteínas ayudan a construir masa muscular y aumentar la fuerza durante el entrenamiento, y ayuda a acelerar el tiempo de recuperación.
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Ayuda a Mejorar la Salud Digestiva
Una sola onza de semillas contienen 11 gramos de fibra; las semillas de chía están llenas de fibra, lo que ayuda al aparato digestivo a realizar con más facilidad sus movimientos intestinales diarios; de igual forma, por poseer estas semillas un alto absorbente de agua, contribuye a dar sensación de saciedad por largo tiempo, disminuyendo así la ingesta de alimentos.
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Ayuda a Mantener la piel Saludable
Las altas dosis de antioxidantes de la chía ayudan a eliminar el daño que pueden causar los radicales libres en la piel o en tu cuerpo; previene el estrés oxidativo y combate el envejecimiento de la piel.
Aunque no existen contraindicaciones respecto al consumo de estas semillas, queremos recomendarte que antes de incluirlas en tu dieta diaria consultes con algún especialista; y si ya lo has hecho sin prescripción médica, entonces asegúrate de acompañar su consumo ingiriendo suficiente agua Esperamos que hayas podido satisfacer todas tus inquietudes respecto a este tema.
