Eficiencia, productividad, agilidad… Estos son solo algunos de los conceptos que cada vez están más ligados al mundo de la empresa. Si no se alcanzan, las organizaciones tienen muy difícil competir en un entorno económico cada vez más exigente. Por ello, la tecnología se ha convertido en una aliada para mejorar en todos los procesos de cualquier organización.
Gracias al uso de un sistema erp, las empresas acceden a una solución para gestionar integralmente sus departamentos y hacer un uso más productivo de los recursos de la organización. Sin embargo y a pesar de sus ventajas, aún son muchas las compañías, sobre todo las de tamaño pequeño, que carecen de este tipo de sistemas, lo que merma su capacidad de crecimiento.
Pero, ¿qué es realmente un ERP? Las siglas ERP hacen referencia a Enterprise Resource Planning e identifican a las herramientas digitales que posibilitan la gestión integral de los recursos empresariales, organizando datos, recursos y aumentando la productividad de la plantilla.
«Los ERP han revolucionado la forma de trabajar. Nos permite ser más eficientes y responder más rápidamente a las necesidades de los clientes», explican los responsables del ERP Ekon, un sistema de gestión que optimiza los procesos internos y externos basándose en el concepto Lean Management.
No obstante, a la hora de implementar un sistema de estas características hay que tener en cuenta que existen tres modalidades de instalación: en la nube o cloud, local o híbrida. ¿Cuál es la diferencia entre ellas? ¿Y la mejor?
ERP en la nube (ERP Cloud): qué es
Un ERP en la nube, también conocido como ERP Cloud, es un sistema de gestión empresarial alojado en servidores externos y accesible a través de internet, lo que permite a los usuarios acceder a la información y las funcionalidades del ERP desde cualquier dispositivo de forma online.
Entre las características que ofrece cuando esta solución está en la nube, destaca que libera las limitaciones de la infraestructura física y tecnológica de las organizaciones. “Con esta modalidad, cualquier miembro del equipo puede acceder a toda la información necesaria desde cualquier lugar, lo que mejora significativamente su productividad, tal y como comprobamos el auge del teletrabajo», apuntan desde Eko.
Al no requerir de una instalación local, los usuarios acceden al mismo mediante una cuenta de usuario y una contraseña, lo que es muy intuitivo para los empleados. En cuanto a la gestión de los datos, el almacenamiento de los datos se hace en la nube y no requiere una inversión inicial en infraestructura propia.
“Flexibilidad, personalización y actualización constante son otros de sus puntos fuertes”, aseguran desde Ekon, quienes también ponen en valor de esta tipología de ERP su facilidad para aumentar sus funcionalidades según las necesidades de estas. “Una empresa ahora no será la misma que dentro de cinco años y, por tanto, sus exigencias tampoco. Es fundamental implantar un ERP que se pueda adaptar en cada momento al estado de la empresa y no tener que cambiar llegado el momento”, argumentan.
De este modo, las principales ventajas de implementar un ERP en la nube son:
- Implementación rápida y sencilla: Al no requerir instalación local, la puesta en marcha es más ágil.
- Acceso a la funcionalidad completa desde el primer día: Todas las funcionalidades están disponibles inmediatamente después de la configuración inicial.
- Escalabilidad y flexibilidad: Se adapta fácilmente al crecimiento de la empresa, permitiendo agregar usuarios y funcionalidades según sea necesario.
- Reducción de costes: Se eliminan los gastos de hardware, software, mantenimiento y actualizaciones.
- Mejora de la seguridad y respaldo de datos: Los proveedores ofrecen altos estándares de seguridad y respaldo.
- Actualizaciones y mejoras automáticas: El proveedor también se encarga de mantener el sistema actualizado.
La adopción de un ERP en la nube ofrece numerosas ventajas, incluyendo mayor agilidad y flexibilidad, reducción de costes, mejor seguridad y una implementación más rápida. Sin embargo, llevar a cabo una “digitalización” mediante un ERP requiere el compromiso de la dirección de la empresa y de los empleados, ya que se trata de una tecnología que influirá directamente en la competitividad de la organización.
De ahí que, además de seleccionar al proveedor adecuado, también hay que capacitar a los usuarios para aprovechar al máximo el nuevo sistema mediante jornadas de formación. “ «La transición a un ERP en la nube puede parecer un desafío, pero los beneficios a largo plazo son innegables. No hay que tener miedo a dar el paso, pero hay que hacerlo de manera informada y planificada», destacan los responsables del ERP de Ekon.
Así que si tienes una empresa y sientes que no es todo lo productividad que podría ser, no esperes más para transformar tu negocio. Evalúa cómo un ERP en la nube puede beneficiar a tu empresa y comienza a planificar su implementación. Tal vez, el futuro de tu empresa dependa de esta decisión.